Los compañeros de piso son esos individuos molestos que suelen hacer ruido cuando te vas a la cama, que sacan los trapos sucios íntimos delante de las visitas, preferentemente las femeninas (son como esposas celosas) y que tienen un talento especial para eludir responsabilidades derivadas de la higienización del inmueble. Un compañero de piso suele adquirir ese grado de confianza que tiene un amigo y que le permite emanar metano con estruendo y una sonrisa provocadora mientras se acomoda en el sofá. Alguien que se olvida habitualmente de tirar de la cadena y lo niega hasta quedarse sin voz. Es ese tipo que te encuentras apostado en el sofá cuando te traes una chica a casa creyendo que estás sólo, eliminando así casi todos tus planes de desenfreno. El pisus companierix deja su ropa íntima en el baño durante días (esperando que florezca), sufre de alopecia púbica y deja los calcetines sudados en el salón (sí, doy fe de ello). Es una rara especie con talento para teñir la ropa, ponerse tus calzoncillos y contar las magdalenas que te comes por la mañana; se regula mal térmicamente y conecta demasiado la calefacción o demasiado poco. A veces trae congéneres de la misma especie que descubres con sorpresa matutina al salir del retrete o como meros bultos sobre el sofá. Un compañero de piso raras veces paga las compras compartidas, esquivando pugilísticamente sus deudas al grito de “este mes voy pelao”. Es un ser que se ve las series de la televisión antes de que las pongan, vía la mula, y cuando tú la estás viendo no para de hablar o de contarte las escenas postreras.
Pero no todo iba a ser bueno a la hora de compartir piso, también tienen cierta tendencia para esquivar al casero, desviando los marrones en tu dirección. Te adjudican tareas desagradables con la excusa de que en tu ausencia un “supuesto sorteo” así lo ha decidido e intentan autoinvitarse a tu lugar de origen, especialmente si es un archipiélago.
También son individuos que te echan un cable cuando estás tirado a las 5 de la mañana en ninguna parte, que ríen y cantan cuando más te hace falta. Son gente que sabe más de ti que tu mismo y observa cuando estás bien o estás mal. Estos seres te prestan sus cosas cuando más las necesitas, te hacen la cena si llegas muy tarde o te amenizan veladas hasta la madrugada. Organizan fiestas, te dan consejos e incluso te ofrecen una visión de la realidadque te hace preguntarte cómo han podido sobrevivir hasta hoy. Son en definitiva, una nueva familia, con todo lo que eso conlleva
Desde este blog, mi homenaje a ellos, los pisus companierix.
viernes, noviembre 10, 2006
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2 comentarios:
Menos mal que conozco a tus compañeros de piso, por que la descripcion no se acerca mucho a la verdad, lo poco que he compartido con ellos, me parecieron bastante majos y con una personalidad amena y divertida.
En la vida personal, no los conozco tanto pero no llegaran a esos limites.
Recuerda que tus compañeros de piso en una ciudad que no conoces son tu familia
Besos
amigos de los animales, eres de las pocos que conozco que usa un plural como su propio alias, ¿no se deberá a una personalidad múltiple ;)?
Por cierto, ¿quién te dice que hablo de mis compañeros de piso y no de los compañeros de piso como ente genérico o de mi mismo?
Un placer leer vuestros comentarios, "amigos"
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