Estos días ha salido la noticia del proyecto “Global Consciousness Project” en el que unos tipos de la Universidad de Princeton dicen haber encontrado pruebas de una supuesta conciencia global del planeta. Dicen que durante los momentos o incluso antes de ellos en los que algún acontecimiento conmueve al mundo (humano) los ordenadores supuestamente desconectados empezaron a generar número muy poco aleatorios, como conectados. Huelga decir que no me creo nada de esto. No me creo que a los ordenadores les de por generar más ceros o más unos. Seguramente los pseudocientíficos encargados del proyecto estaban hasta las pelotas de ser tíos anónimos con un sueldo de mierda y después de ver el jet privado que se ha comprado “el pocero” han decidido recoger una financiación extra fruto de este experimento.
Sin embardo, todo hay que decirlo, la idea es atractiva. Imaginemos que las conciencias de todos están conectadas aunque sea de forma suave, como el eco del big bang. Además de la capacidad inmensa para cotillear en las mentes ajenas por medio de la introspección, indicaría un grado de empatía entre la naturaleza y el hombre muy parecido a las creencias de multitud de pueblos y religiones. Por ejemplo, el budismo o casi todos los pueblos indios (antes de darse al alcohol) ya hablaban de una unidad global entre los objetos in-animados y los vivos.
Supongamos que Darwin tenía razón en sus teorías (ya he comentado que se equivocaba en la selección natural). Supongamos que evolucionamos con el planeta siendo parte de un ente global como cada una de nuestras células son parte de nosotros. Lo que ocurre es que en cada pequeña variación del genoma global corremos el riesgo de que le fenotipo (naturaleza) cambie. Casi todas las mutaciones y cambios en el fenotipo son dañinos para el individuo y no veo porque nuestro caso habría de ser diferente.
Es fascinante y seguramente más falso que Judas, pero sugiere cosas tipo Matrix, seríamos como individuos conectados a algo que en realidad puede que esté controlando nuestra voluntad…
jueves, noviembre 30, 2006
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