jueves, noviembre 30, 2006
Los borrachos de la estación
Entre la estación del cercanías y la iglesia más cercana pululan en procesión los borrachillos. Son como rocieros, jolgoriosos, gritones y con pecados que purgar. Dicen cositas a la Virgen y a Dios, a veces se mueven poseídos por un éxtasis místico. Expían sus pecados contra las puertas automáticas o las escaleras mecánicas. Entre sus buenas obras se encuentran la solicitud de pequeñas donaciones para causas benéficas con sabor a tinto de brik. Nunca ponen una cara peor de la que tienen. Visten siempre con ojeras de boxeador, con el blanco de los ojos teñido de rojo pasión y la voz rasgada en perpetua afonía y gravedad.
Los horarios son duros, a primera hora orinar en la fachada de la estación, luego pedir para la causa a los trabajadores. A media mañanita, jugar al pilla-pilla con las piadosas abuelillas que salen de misa. Tras la recaudación, todos de excursión al mercadona y más jugar al corre que te pillo con el de seguridad.
Convierten la paciencia en virtud: un mes intentando vender un cuadro horrible, enorme y muy muy sucio (cómo lamento no haberle hecho una foto). Creo que finalmente se lo han fumado. Pero mírales, ahí siguen, sonrientes, estridentes, con su bonita rutina y su cervecita.
Imagen obtenida de aquí
Conciencia global
Estos días ha salido la noticia del proyecto “Global Consciousness Project” en el que unos tipos de la Universidad de Princeton dicen haber encontrado pruebas de una supuesta conciencia global del planeta. Dicen que durante los momentos o incluso antes de ellos en los que algún acontecimiento conmueve al mundo (humano) los ordenadores supuestamente desconectados empezaron a generar número muy poco aleatorios, como conectados. Huelga decir que no me creo nada de esto. No me creo que a los ordenadores les de por generar más ceros o más unos. Seguramente los pseudocientíficos encargados del proyecto estaban hasta las pelotas de ser tíos anónimos con un sueldo de mierda y después de ver el jet privado que se ha comprado “el pocero” han decidido recoger una financiación extra fruto de este experimento.
Sin embardo, todo hay que decirlo, la idea es atractiva. Imaginemos que las conciencias de todos están conectadas aunque sea de forma suave, como el eco del big bang. Además de la capacidad inmensa para cotillear en las mentes ajenas por medio de la introspección, indicaría un grado de empatía entre la naturaleza y el hombre muy parecido a las creencias de multitud de pueblos y religiones. Por ejemplo, el budismo o casi todos los pueblos indios (antes de darse al alcohol) ya hablaban de una unidad global entre los objetos in-animados y los vivos.
Supongamos que Darwin tenía razón en sus teorías (ya he comentado que se equivocaba en la selección natural). Supongamos que evolucionamos con el planeta siendo parte de un ente global como cada una de nuestras células son parte de nosotros. Lo que ocurre es que en cada pequeña variación del genoma global corremos el riesgo de que le fenotipo (naturaleza) cambie. Casi todas las mutaciones y cambios en el fenotipo son dañinos para el individuo y no veo porque nuestro caso habría de ser diferente.
Es fascinante y seguramente más falso que Judas, pero sugiere cosas tipo Matrix, seríamos como individuos conectados a algo que en realidad puede que esté controlando nuestra voluntad…
Sin embardo, todo hay que decirlo, la idea es atractiva. Imaginemos que las conciencias de todos están conectadas aunque sea de forma suave, como el eco del big bang. Además de la capacidad inmensa para cotillear en las mentes ajenas por medio de la introspección, indicaría un grado de empatía entre la naturaleza y el hombre muy parecido a las creencias de multitud de pueblos y religiones. Por ejemplo, el budismo o casi todos los pueblos indios (antes de darse al alcohol) ya hablaban de una unidad global entre los objetos in-animados y los vivos.
Supongamos que Darwin tenía razón en sus teorías (ya he comentado que se equivocaba en la selección natural). Supongamos que evolucionamos con el planeta siendo parte de un ente global como cada una de nuestras células son parte de nosotros. Lo que ocurre es que en cada pequeña variación del genoma global corremos el riesgo de que le fenotipo (naturaleza) cambie. Casi todas las mutaciones y cambios en el fenotipo son dañinos para el individuo y no veo porque nuestro caso habría de ser diferente.
Es fascinante y seguramente más falso que Judas, pero sugiere cosas tipo Matrix, seríamos como individuos conectados a algo que en realidad puede que esté controlando nuestra voluntad…
martes, noviembre 28, 2006
Niños y hombres
Niños y hombres conviven en los mismos cuerpos. Unos sueñan por la diversión, por la alegría y otros luchan por el deber, por el poder, por el dinero. Pelean entre ellos y nos hablan, de noches largas y amores que pasan, de sexo y amor, de deseos y frustraciones.
Los niños son inocentes, débiles, afeminados y epicúreos, los hombres estoicos y cobardes, víctimas de la represión de los pueriles impulsos o vicios. Sobreviven en cuerpos que con el tiempo deforman las virtudes en monotonía, hasta la decrepitud absoluta. Lamentan entonces los hombres no haber vivido como niños, haber sido esclavos de los bancos y el dinero, esclavos de las mujeres a las que amaron y perdieron, lamentan en ese momento no haber sido valientes e inconscientes como infantes. Pero también lamentan los niños la falta de prudencia que les llevó a una vida errante y desapegada. Lamentan las diferentes en las mismas sábanas, la monotonía de cuerpos trémulos y exceso de maquillaje y encaje barato.
Tanto lamentan que acaban por verse en las lágrimas del otro, mirándose a los ojos y reflejándose en un espejo de ellos mismos donde descubren que no fueron felices porque no supieron ni matar ni amar al otro cuando, aún estaban a tiempo y los motivos sobraban.
Los niños son inocentes, débiles, afeminados y epicúreos, los hombres estoicos y cobardes, víctimas de la represión de los pueriles impulsos o vicios. Sobreviven en cuerpos que con el tiempo deforman las virtudes en monotonía, hasta la decrepitud absoluta. Lamentan entonces los hombres no haber vivido como niños, haber sido esclavos de los bancos y el dinero, esclavos de las mujeres a las que amaron y perdieron, lamentan en ese momento no haber sido valientes e inconscientes como infantes. Pero también lamentan los niños la falta de prudencia que les llevó a una vida errante y desapegada. Lamentan las diferentes en las mismas sábanas, la monotonía de cuerpos trémulos y exceso de maquillaje y encaje barato.
Tanto lamentan que acaban por verse en las lágrimas del otro, mirándose a los ojos y reflejándose en un espejo de ellos mismos donde descubren que no fueron felices porque no supieron ni matar ni amar al otro cuando, aún estaban a tiempo y los motivos sobraban.
Reflexiones sobre la felicidad
¿Quién narices sabe exactamente qué es eso? Yo apuesto por una suma de estados de ánimo a diferentes escalas: largo, medio y corto plazo. El corto plazo bien podría ser eso que llamamos “estar contento”, el medio plazo sería la satisfacción por los recuerdos y experiencias positivas de los últimos días y el largo plazo tendría que ver con una perspectiva global de la vida. Por otro lado, existiría una ponderación de los distintos aspectos de nuestra vida: personal y profesional, y el reconocimiento social y afecto de quienes nos rodean.
Sin embargo, creo que el motivo fundamental para que seamos felices es nuestra genética. Estoy casi convencido de que la manera en la que observamos las cosas y sobre todo, las interpretamos, dependen en gran medida de nuestra carga génica. En mucha gente existe una tendencia a crearse expectativas de felicidad (el resultado de un encuentro con amigos, con la persona amada, una relación sexual, un partido de fútbol o encontrarse los platos fregados). La mayor parte del tiempo son desmesuradas debido a que nos inflamos de ilusión ante algo desconocido o que idealizamos estúpidamente algo que ocurrió en el pasado. Las expectativas incumplidas generan decepción que se traduce en tristeza y en ausencia de felicidad.
Por otro lado, no esperar nada de las cosas haría que viviésemos sin ilusión. Necesitamos metas, pero cuando las logramos sentimos cierto vacío y si no las logramos, sentimos frustración.
Mi conclusión personal, sujeta a cambios, es que debemos elegir metas asequibles, de manera que podamos lograrlas y disfrutar principalmente del proceso o camino hasta conseguirlas. También ayudaría que nos entrenásemos para predecir con exactitud nuestro estado de ánimo futuro, pecando si cabe, de conservadores. En definitiva, habría que disfrutar de los momentos de ilusión previos a los acontecimientos como la parte más importante, controlable (ya que vive únicamente en nosotros) y feliz del proceso.
Sin embargo, creo que el motivo fundamental para que seamos felices es nuestra genética. Estoy casi convencido de que la manera en la que observamos las cosas y sobre todo, las interpretamos, dependen en gran medida de nuestra carga génica. En mucha gente existe una tendencia a crearse expectativas de felicidad (el resultado de un encuentro con amigos, con la persona amada, una relación sexual, un partido de fútbol o encontrarse los platos fregados). La mayor parte del tiempo son desmesuradas debido a que nos inflamos de ilusión ante algo desconocido o que idealizamos estúpidamente algo que ocurrió en el pasado. Las expectativas incumplidas generan decepción que se traduce en tristeza y en ausencia de felicidad.
Por otro lado, no esperar nada de las cosas haría que viviésemos sin ilusión. Necesitamos metas, pero cuando las logramos sentimos cierto vacío y si no las logramos, sentimos frustración.
Mi conclusión personal, sujeta a cambios, es que debemos elegir metas asequibles, de manera que podamos lograrlas y disfrutar principalmente del proceso o camino hasta conseguirlas. También ayudaría que nos entrenásemos para predecir con exactitud nuestro estado de ánimo futuro, pecando si cabe, de conservadores. En definitiva, habría que disfrutar de los momentos de ilusión previos a los acontecimientos como la parte más importante, controlable (ya que vive únicamente en nosotros) y feliz del proceso.
lunes, noviembre 27, 2006
Mi pobre coche
Este fin de semana, algún malnacido le ha pegado una patada al retrovisor de todos los coches aparcados en la calle donde estaba el mío. Mi coche es antiguo, tiene ya 225000 Km, un Saxo del 97 y nunca me ha dejado tirado en carretera. Digamos que es es mi equivante a Platero, pero con motor.
A pesar de la inutilidad de hacerlo, fui a la comisaría más cercana unas 24h después de los hechos. El resto de dueños de los vehículos adyacente no se habían tomado tal molestia, y no me extraña. Cursé la denuncia y le pregunté al joven policía: ¿qué debo hacer en caso de que vea a alguien dándole una patada a mi retrovisor? Su respuesta confirmó mis sospechas: Debes llamar a la policía.
- Vale, pero no se va a quedar ahí después de hacer eso. ¿Puedo retenerle? ¿Usando incluso la fuerza?
- No puedes usar la fuerza, sólo sugerirle con buenas palabras que permanezca allí hasta la llegada de la policía. Después se encogió de hombros y me dijo que a él también se lo rompió algún borracho hacía unos meses.
Tras cursar mi denuncia el agente me dió a entender que todo cuanto la policía iba a hacer respecto a mi caso era pedirme que firmase las 5 o 6 copias de mi denuncia. Lógico pero indignante.
Un ejemplo más de que la ley está para quien la cumple.
A pesar de la inutilidad de hacerlo, fui a la comisaría más cercana unas 24h después de los hechos. El resto de dueños de los vehículos adyacente no se habían tomado tal molestia, y no me extraña. Cursé la denuncia y le pregunté al joven policía: ¿qué debo hacer en caso de que vea a alguien dándole una patada a mi retrovisor? Su respuesta confirmó mis sospechas: Debes llamar a la policía.
- Vale, pero no se va a quedar ahí después de hacer eso. ¿Puedo retenerle? ¿Usando incluso la fuerza?
- No puedes usar la fuerza, sólo sugerirle con buenas palabras que permanezca allí hasta la llegada de la policía. Después se encogió de hombros y me dijo que a él también se lo rompió algún borracho hacía unos meses.
Tras cursar mi denuncia el agente me dió a entender que todo cuanto la policía iba a hacer respecto a mi caso era pedirme que firmase las 5 o 6 copias de mi denuncia. Lógico pero indignante.
Un ejemplo más de que la ley está para quien la cumple.
domingo, noviembre 26, 2006
Pequeños placeres
De entre las personas que he conocido han sido las mujeres las más dadas a los pequeños placeres. Las mujeres se compran bolis de colores, post-it de colores, renuevan completamente el material escolar cada año cuando están en el colegio o en la universidad, renuevan su vestuario casi con la misma frecuencia con la que yo meto a lavar la ropa (para los que me conocéis, ¡esto es sólo una licencia literaria!) , comen gominolas y chocolate a todas horas, se dan baños con sales, se dan cremas aromatizadas tres veces al día, no se limpian las manos con servilletas, sino que usan toallitas perfumadas. En cambio la mayoría de los hombres resumen todo el placer en el sexo y encima las mujeres disfrutan, o al menos tiene la capacidad y terminaciones nerviosas para hacerlo, más que los hombres.
No, no estoy pensando en cambiarme de sexo, pero es tal vez el momento de empezar a disfrutar un poco más de las pequeñas cosas, de meter la mano en el saco de lentejas, de esperar a que el asiento del metro esté frío antes de sentarse, de tomarse un bayleis más a menudo, de sonreír más por la calle, de hacer algún regalo o autorregalo, de darse duchas con el agua bien calentita, de hacerse un ovillo bajo las sábanas frías recién entrado en la cama , de robarle un roce de manos a quien amas, de disfrazarse en los próximos carnavales o de hacerle unas pedorretas a tu sobrino (absténganse quienes tengan sobrinos que superan la treintena).
Disfruta porque como decía un amigo mientras miraba a su mujer: “la vida es muy corta, pero se te puede hacer muy larga…”.
No, no estoy pensando en cambiarme de sexo, pero es tal vez el momento de empezar a disfrutar un poco más de las pequeñas cosas, de meter la mano en el saco de lentejas, de esperar a que el asiento del metro esté frío antes de sentarse, de tomarse un bayleis más a menudo, de sonreír más por la calle, de hacer algún regalo o autorregalo, de darse duchas con el agua bien calentita, de hacerse un ovillo bajo las sábanas frías recién entrado en la cama , de robarle un roce de manos a quien amas, de disfrazarse en los próximos carnavales o de hacerle unas pedorretas a tu sobrino (absténganse quienes tengan sobrinos que superan la treintena).
Disfruta porque como decía un amigo mientras miraba a su mujer: “la vida es muy corta, pero se te puede hacer muy larga…”.
viernes, noviembre 24, 2006
Azar
¿Y si el azar no existe?
El azar puede entenderse como incertidumbre, y lo que elimina la incertidumbre es la información. La información es conocimiento, organización.
Podemos estar durante años viviendo en una supuesta certeza: el sol saldrá mañana, el despertador sonará puntual, las tostadas se me quemarán, iré a trabajar, mi mujer me dará un beso al llegar a casa.
Un día te despiertas, abres bien los ojos pero todo está oscuro. Está muy nublado y, maldita sea, la corriente eléctrica se fue durante la noche y el despertador no ha sonado esta mañana. No llegas a hacerte las tostadas, no te da tiempo y llegas con la lengua fuera y la corbata mal puesta al trabajo. Resulta que tu jefe está esperándote y te invita a pasar a su despacho, donde te dice que la empresa va mal y como tú eres de los últimos en llegar... Ese día vuelves a casa antes de tiempo y descubres que tu mujer no sólo te besa a ti al llegar a casa.
Suponemos que aunque alguna cosa vaya mal un día, otra irá bien y no fallarán todas a la vez, que los sucesos están incorrelacionados. Pero eso puede ser únicamente falta de información. Si supiéramos más, si lo supiéramos todo, tal vez no existiría el azar y no viviríamos en certezas imaginarias. Veríamos el fino y resistente hilo que une las supuestas casualidades convirtiéndolas en causalidades y dotando a los acontecimientos de un por qué. Las señales son frecuentemente claras y sólo nuestra apatía por la verdad nos impide ver nuestras vidas en el espejo hasta que un día nos topamos cara a cara con nuestra realidad y todos nuestros supuestos empiezan a diluirse en la incertidumbre, camino de otra certeza diferente.
El azar puede entenderse como incertidumbre, y lo que elimina la incertidumbre es la información. La información es conocimiento, organización.
Podemos estar durante años viviendo en una supuesta certeza: el sol saldrá mañana, el despertador sonará puntual, las tostadas se me quemarán, iré a trabajar, mi mujer me dará un beso al llegar a casa.
Un día te despiertas, abres bien los ojos pero todo está oscuro. Está muy nublado y, maldita sea, la corriente eléctrica se fue durante la noche y el despertador no ha sonado esta mañana. No llegas a hacerte las tostadas, no te da tiempo y llegas con la lengua fuera y la corbata mal puesta al trabajo. Resulta que tu jefe está esperándote y te invita a pasar a su despacho, donde te dice que la empresa va mal y como tú eres de los últimos en llegar... Ese día vuelves a casa antes de tiempo y descubres que tu mujer no sólo te besa a ti al llegar a casa.
Suponemos que aunque alguna cosa vaya mal un día, otra irá bien y no fallarán todas a la vez, que los sucesos están incorrelacionados. Pero eso puede ser únicamente falta de información. Si supiéramos más, si lo supiéramos todo, tal vez no existiría el azar y no viviríamos en certezas imaginarias. Veríamos el fino y resistente hilo que une las supuestas casualidades convirtiéndolas en causalidades y dotando a los acontecimientos de un por qué. Las señales son frecuentemente claras y sólo nuestra apatía por la verdad nos impide ver nuestras vidas en el espejo hasta que un día nos topamos cara a cara con nuestra realidad y todos nuestros supuestos empiezan a diluirse en la incertidumbre, camino de otra certeza diferente.
viernes, noviembre 10, 2006
Compañeros de piso
Los compañeros de piso son esos individuos molestos que suelen hacer ruido cuando te vas a la cama, que sacan los trapos sucios íntimos delante de las visitas, preferentemente las femeninas (son como esposas celosas) y que tienen un talento especial para eludir responsabilidades derivadas de la higienización del inmueble. Un compañero de piso suele adquirir ese grado de confianza que tiene un amigo y que le permite emanar metano con estruendo y una sonrisa provocadora mientras se acomoda en el sofá. Alguien que se olvida habitualmente de tirar de la cadena y lo niega hasta quedarse sin voz. Es ese tipo que te encuentras apostado en el sofá cuando te traes una chica a casa creyendo que estás sólo, eliminando así casi todos tus planes de desenfreno. El pisus companierix deja su ropa íntima en el baño durante días (esperando que florezca), sufre de alopecia púbica y deja los calcetines sudados en el salón (sí, doy fe de ello). Es una rara especie con talento para teñir la ropa, ponerse tus calzoncillos y contar las magdalenas que te comes por la mañana; se regula mal térmicamente y conecta demasiado la calefacción o demasiado poco. A veces trae congéneres de la misma especie que descubres con sorpresa matutina al salir del retrete o como meros bultos sobre el sofá. Un compañero de piso raras veces paga las compras compartidas, esquivando pugilísticamente sus deudas al grito de “este mes voy pelao”. Es un ser que se ve las series de la televisión antes de que las pongan, vía la mula, y cuando tú la estás viendo no para de hablar o de contarte las escenas postreras.
Pero no todo iba a ser bueno a la hora de compartir piso, también tienen cierta tendencia para esquivar al casero, desviando los marrones en tu dirección. Te adjudican tareas desagradables con la excusa de que en tu ausencia un “supuesto sorteo” así lo ha decidido e intentan autoinvitarse a tu lugar de origen, especialmente si es un archipiélago.
También son individuos que te echan un cable cuando estás tirado a las 5 de la mañana en ninguna parte, que ríen y cantan cuando más te hace falta. Son gente que sabe más de ti que tu mismo y observa cuando estás bien o estás mal. Estos seres te prestan sus cosas cuando más las necesitas, te hacen la cena si llegas muy tarde o te amenizan veladas hasta la madrugada. Organizan fiestas, te dan consejos e incluso te ofrecen una visión de la realidadque te hace preguntarte cómo han podido sobrevivir hasta hoy. Son en definitiva, una nueva familia, con todo lo que eso conlleva
Desde este blog, mi homenaje a ellos, los pisus companierix.
Pero no todo iba a ser bueno a la hora de compartir piso, también tienen cierta tendencia para esquivar al casero, desviando los marrones en tu dirección. Te adjudican tareas desagradables con la excusa de que en tu ausencia un “supuesto sorteo” así lo ha decidido e intentan autoinvitarse a tu lugar de origen, especialmente si es un archipiélago.
También son individuos que te echan un cable cuando estás tirado a las 5 de la mañana en ninguna parte, que ríen y cantan cuando más te hace falta. Son gente que sabe más de ti que tu mismo y observa cuando estás bien o estás mal. Estos seres te prestan sus cosas cuando más las necesitas, te hacen la cena si llegas muy tarde o te amenizan veladas hasta la madrugada. Organizan fiestas, te dan consejos e incluso te ofrecen una visión de la realidadque te hace preguntarte cómo han podido sobrevivir hasta hoy. Son en definitiva, una nueva familia, con todo lo que eso conlleva
Desde este blog, mi homenaje a ellos, los pisus companierix.
viernes, noviembre 03, 2006
3 momentos de la historia de la vida
La teoría de la evolución de Darwin es comúnmente aceptada por gran parte de la comunidad científica. Habitualmente se contraponen los creacionistas, que en general no son científicos, sino que suelen llegar del campo de la religión, la filosofía o la política. El hecho es que el darwinismo se ha convertido casi en una religión y ha dejado de lado algunas objeciones y preguntas del propio Darwin hacia su teoría.
Que la evolución la podemos observar por doquier, es algo que parece evidente a los ojos de todos. Pero la otra parte de la teoría de Darwin es la selección natural, que dice que sólo los individuos mejor adaptados consiguen reproducirse. Sin embargo la pregunta que surge, ¿ha sido ésta el verdadero motor de la variedad y formación de las especies? Mi respuesta (plagiada del libro "Deconstruyendo a Darwin") es que no.
Para ello, pensemos en tres momentos importantes:
* La creación de la primera célula eucariota. Para ser que la única explicación válida para la formación de una célula de complejidad mayor como la eucariota, no ha podido ser la evolución, sino la simbiosis. Es sorprendente lo raro y único de este fenómeno, aparentemente sólo se ha dado una vez en la historia de la evolución.
* La explosión cámbrica. Hace entre 542 y 530 millones de años, "súbitamente" emergieron formas de vida complejas y sin aparente transición respecto de sus antecesores. La explicación propuesta por Javier Sampedro se basa en los genes Hox. Unos curiosos genes que se encargan del control y regulación de otros genes y que permiten, por ejemplo, que haya simetría bilateral o la diferenciación entre cabeza, tórax y abdomen. El hecho es que seres tan primitivos como los corales o las hidras tienen algo parecido a un gen Hox. La duplicación (copy & paste) y posterior diferenciación de estos genes dio lugar a la explosión cámbrica.
* La primera célula viva. Aunque sea el último punto, tendría que ser el primero. Aún no se ha podido explicar cómo se formó la vida a partir de materia inerte, y eso que condiciones qué materiales y condiciones existían en la tierra en sus orígenes. Es posible que la Tierra no fuese el origen de la vida...
Otro apunte más de este interesante libro es que el homo sapiens se mezcló con sus parientes más primitivos, el erectus y compañía... puesto que todos compartimos su firma genética.
Como habéis podido observar, lo mío no es la biología; pero el tema valía un apunte, auque sea tan grosero como el que le he dado.
Que la evolución la podemos observar por doquier, es algo que parece evidente a los ojos de todos. Pero la otra parte de la teoría de Darwin es la selección natural, que dice que sólo los individuos mejor adaptados consiguen reproducirse. Sin embargo la pregunta que surge, ¿ha sido ésta el verdadero motor de la variedad y formación de las especies? Mi respuesta (plagiada del libro "Deconstruyendo a Darwin") es que no.
Para ello, pensemos en tres momentos importantes:
* La creación de la primera célula eucariota. Para ser que la única explicación válida para la formación de una célula de complejidad mayor como la eucariota, no ha podido ser la evolución, sino la simbiosis. Es sorprendente lo raro y único de este fenómeno, aparentemente sólo se ha dado una vez en la historia de la evolución.
* La explosión cámbrica. Hace entre 542 y 530 millones de años, "súbitamente" emergieron formas de vida complejas y sin aparente transición respecto de sus antecesores. La explicación propuesta por Javier Sampedro se basa en los genes Hox. Unos curiosos genes que se encargan del control y regulación de otros genes y que permiten, por ejemplo, que haya simetría bilateral o la diferenciación entre cabeza, tórax y abdomen. El hecho es que seres tan primitivos como los corales o las hidras tienen algo parecido a un gen Hox. La duplicación (copy & paste) y posterior diferenciación de estos genes dio lugar a la explosión cámbrica.
* La primera célula viva. Aunque sea el último punto, tendría que ser el primero. Aún no se ha podido explicar cómo se formó la vida a partir de materia inerte, y eso que condiciones qué materiales y condiciones existían en la tierra en sus orígenes. Es posible que la Tierra no fuese el origen de la vida...
Otro apunte más de este interesante libro es que el homo sapiens se mezcló con sus parientes más primitivos, el erectus y compañía... puesto que todos compartimos su firma genética.
Como habéis podido observar, lo mío no es la biología; pero el tema valía un apunte, auque sea tan grosero como el que le he dado.
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