Este chaval de 20 años está a punto de jugar la final de Wimbledon, el torneo más importante del mundo sobre hierba y uno de los "grand slam". Todos los seguidores del tenis saben que es número 2 del ranking de la ATP, el rey indiscutible en la tierra batida, bicampeón de Roland Garros... Sin duda estamos ante un fenómeno que va más allá de las pistas de tenis.
Es un deportista que me fascina. Para aquellos que hayan competido alguna vez al tenis, sabrán que no es nada fácil mantener la concentración ni remontar dos sets a cero. Nadal es un tenista capaz de permanecer en un estado de concentración absoluta durante todo el partido, de no dar una bola por perdida. Cada punto que se disputa lo ve como una oportunidad que ganar a su rival. Se ve a la legua que disfruta enormemente con lo que hace. Nunca tira la toalla, corre a por cada bola y hace que sus rivales, cuando ya piensan que han dado un golpe ganador, tengan que golpear una o dos veces más, provocándoles así multitud de fallos y generalmente la desesperación. No hay más que ver la mirada negra con la que desafía a los rivales en cada resto para comprender que es un ganador.
En la final de mañana jugará contra Federer, el mejor jugador de los últimos años y una maravilla desde el punto de vista técnico y estético en su juego. Pega bien todos los golpes y apenas tiene debilidades… aunque una de ellas es el revés alto y la otra es Nadal. Hay que ver cómo este suizo, una apisonadora humana dentro de una pista de tenis, pierde paulatinamente la confianza en los partidos contra Rafa. No está acostumbrado a que le devuelvan los servicios ni las derechas, en las que desata una violencia apabullante. Es normal que no esté acostumbrado ya que nadie lo hace, nadie excepto Rafa Nadal. Ha sido una delicia ver sus duelos en tierra batida: Montecarlo, Roma y Roland Garros; como una y otra vez Rafa levantaba y liftaba las bolas camino del revés alto de Federer donde éste erraba desesperado.
En todas las ruedas de prensa previas a sus enfrentamientos le preguntan a Federer si esta vez será capaz de derrotar a Nadal. Siempre contesta que él sabe que es mejor, que tiene mejor técnica, mejores golpes y es el número uno… pero eso no es suficiente cuando delante está este joven balear y Federer ya lo empieza a saber. Sabe que contra él falla más veces, que le cuesta un golpe más ganar los puntos y que ese maldito español tiene unos cojones como el caballo de Espartero.
Mañana lo normal es que Nadal pierda, la hierba es el feudo del suizo, pero Rafa siempre juega para ganar y además tendrá al público de su parte… ¡Buena suerte!
sábado, julio 08, 2006
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1 comentario:
¡Vamos Rafa!
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