jueves, mayo 17, 2007

¿Por qué tenemos hijos?

Hasta hace no mucho, esta tarde, concretamente, no me había preguntado cuál era la razón por la que tenemos hijos. Esos pequeños animalitos arrugados que nacen de los vientres de nuestras hembras tras infaustos dolores y meses de antojos excusados.
Algún amigo mío argumenta que es una razón egoísta: queremos que nos cuiden cuando seamos mayores. No queremos morir solos. También dice que si lo pensásemos bien no traeríamos hijos al mundo. De hecho --añade--, si nos extinguiésemos, eso que llevaría ganado el mundo.

No puedo quitarle completamente la razón y por suerte, no creo que nadie le vaya a obligar a reproducirse. Sin embargo, es habitual la necesidad de las mujeres, principalmente, y de los hombres por dejar su carga genética aún tras su desaparición.
Prescindiendo incluso del concepto del Creador en el mecanismo (aún desconocido) de creación de la vida, parece innegable que la vida busca su propia perpetuidad. Desde el momento en el que la vida se originó en un ser unicelular, ha necesitado de mecanismos que le permitieran sobrevivir en su entorno y asegurar la continuidad de la vida (de otros seres) incluso tras su propia muerte. Es como si en realidad la vida fuese un ente de un orden superior que se nutre o salta de unos individuos a otros en un proceso de continua búsqueda de la perfección. Perfección entendida como adaptación eficaz y ventajosa respecto a quienes compiten también por sobrevivir. Todo ser vivo se plantea en esta hipótesis como una mera herramienta de la vida y sirve casi exclusivamente al recurrente concepto de Vida.
La Vida, en su intento de perpetuarse y de sobrevivir a los individuos concretos o las especies, establece mecanismos sobre cada individuo y sobre las especies. Los pone a competir entre ellos y les introduce instintos apropiados acompañados de sensaciones placenteras cuando realizan las tareas para las que fueron creados como instancias concretas de un concepto general.
Pero llega el hombre, con su salto evolutivo y la conciencia de sí mismo como individuo. Y se plantea la necesidad de sucumbir a los planes de la vida, al lento, exploratorio y machacón algoritmo genético, al plan de Dios o al plan de Darwin. Todo estaba previsto, el sexo permite a los indivuduos cambiar, crear copias mejoradas de si mismos. La muerte elimina los individuos obsoletos dejando generaciones más aptas (creo que la convergencia ya está demostrada). Pero nosotros, decimos ¡hasta aquí hemos llegado! ¿Por qué vamos a reproducirnos? ¿Qué cojones me importa a mí el plan que tenga la Vida, Dios o la madre del Rey?
Y la única respuesta que se me ocurre es que lo necesitamos. Tanto como comer, respirar o beber. Tanto como aprender para sobrevivir. Estamos programados para ello. Tenemos el instinto, la necesidad y además obtenemos la recompensa momentánea. Y es una necesidad brutal, animal. Necesitamos el sexo (la publicidad vive de ello), pero no sólo eso, necesitamos vernos a nosotros mismos perpetuados. Porque en el núcleo de nuestro programa está implementada la supervivencia junto a la muerte.
Alejarnos de nuestros instintos, del parsimonioso proceso de búsqueda genética nos permite, a veces, adelantar nuestra evolución, pero ¿nos hace más felices?

9 comentarios:

Jezabel dijo...

¡Has vuelto! ¡Qué bien! :)


Una gallina es el instrumento de un huevo para hacer otro huevo.

Y el concepto de "necesidad" es tan poco concreto...

alter ego dijo...

La necesidad es algo difícilmente explicable. Pero estamos hechos de millones de células que cumplen ciclos biológicos "similares" a los nuestros. Somos como muñecas rusas.

Un saludo, Jezabel

Joan dijo...

Hacía siglos que no me pasaba por aquí, y ¡tachán! you're back. Bien por eso.

En cuanto a la reproducción, tengo una teoría propia: el sexo es placentero precisamente para que tendamos hacia su práctica, cosa que conlleva la perpetuación de la especie. Si el sexo fuera doloroso o desagradable, la especie humana o cualquier otra ya se habría extinguido. Es por eso que por evolución, por la naturaleza o por veteasaberqué, el hedonismo inherente al ser humano (toma ya) le conduce a esta práctica. Digo yo, vamos.

¡Saludos!

Joan dijo...

Anda, sigue el meme. Mira en mi blog.

Inés Perada dijo...

Como teoría no está mal.
Luego estamos los erróneos, los mal hechos, los que no seguimos los preceptos de ese instinto,básicamente porque no lo tenemos ( hablo de quienes tenemos ya edad de haber sido padres tiempo ha y que saltamos los 40,antes de esta edad suele ser pose) a quien todo el mundo mira raro y (casi) nadie entiende...

Los que no necesitamos perpetuarnos ni sentimos la necesidad de mejorar nuestros genes ni de verlos corretear alrededor.
¿Qué somos? la especie evolucionada que se ha dado cuenta de que el humano simplemente no puede mejorar y ni lo intenta o los defectuosos?

Saludos

alter ego dijo...

Inés, supongo que en realidad no esperas una respuesta a tu pregunta. No la tengo, así que no hay problema.
Raro es lo que se aleja de la común y dado el índice de natalidad en Europa, no creo que seas rara.

Por otro lado, mucha gente dice que tener un hijo es lo mejor que han hecho en su vida. Mira, yo vivo en Leganés y puedo asegurar que la vida de muchísima gente ha sido una completa inutilidad.

Respecto a la especie evolucionada. Si te das cuenta, desde el primer "homo", el periodo que se ha tardado en evolucionar y crear una nueva especie se ha ido recortando drásticamente. Eso me hace pensar que la próxima evolución está al caer y la ingeniería genética le dará el último empujón.

Alter egus nostradamus ha dicho, je, je ;)

Inés Perada dijo...

No, no esperaba una respuesta, pero me alegro de que lo hayas hecho...

Cierto, el índice de natalidad en Europa es bajo, pero aún da para un hijo por pareja...con lo cual si no tienes al menos uno,sigues siendo un raro.Seguimos siendo minoría ( al menos a mi provecta edad, jejeje).

Me has tranquilizado con la frase de que muchas vidas son una completa inutilidad, a pesar de haber dado un hijo al mundo..jajaja...pero tanto en Leganés como en todas partes existe o existimos gente inútil.En realidad casi todos lo somos en alguna medida ¿no?

No dejes de escribir tanto tiempo, los buenos blogs no cunden en internet.

Saludos...

Anónimo dijo...

Buscando en Google contestación a esta pregunta me encuentro con tu blog.
Mi hipótesis coincide con la tuya pero creo que los hombres solo tenemos hijos porque nos engañan las mujeres que se quedan embarazadas. Nosotros buscamos el placer sexual que algunas veces trae como consecuencia un vástago.

Un saludo.
Diego

alter ego dijo...

No te falta razón Diego. Conozco más de una caso como el que comentas...